Una camioneta blanca fue el hilo conductor de una investigación que no se detiene. La Policía logró desarticular una banda de asaltantes que tiene vínculos narcos y cuyos integrantes ya fueron acusados de haber cometido al menos dos hechos, pero no se descartan que estén involucrados en otros más.
Esta historia comenzó a escribirse en octubre. El 8 de ese mes, aproximadamente seis hombres encapuchados con armas de fuego ingresaron al hotel en dos vehículos y maniataron al personal y a un empleado policial que se encontraba realizando custodia en el lugar, a quien también le sustrajeron su arma de fuego. Nunca se informó oficialmente del monto del botín.
Semanas después, en Pasaje Cruz Varela al 1.800 tuvo lugar un hecho con el mismo modus operandi y utilizando vestimenta policial en el que robaron más de $ 200.000 en efectivo a la víctima. Los pesquisas, analizando las imágenes obtenidas en las cámaras de seguridad, descubrieron que los asaltantes habían utilizado una camioneta Toyota Hilux blanca como medio de movilidad.
Mortal persecución
El 1 de noviembre, efectivos de la división Robos y Hurtos, que se encontraban realizando tareas de prevención, se toparon con la camioneta en el semáforo de Junín y Santiago del Estero. Cuando intentaron identificarlos, los sospechosos escaparon raudamente.
La persecución que duró varias cuadras y llegó a su fin en la esquina de Delfín Gallo y República del Líbano. Ahí fueron aprehendidos José Roberto Arias (50 años) y José Roberto Delgado (51). Cuando los investigadores realizaban su tarea de rutina, dos motoristas del servicio 911 se presentaron en el lugar para informarle que otro hombre, que aparentemente también se trasladaba en la camioneta, se encontraba herido en Marco Avellaneda al 2.400. Fue identificado como Hugo Ricardo Cisneros (42) y luego hospitalizado por las lesiones que había sufrido.
“Ese día vimos pasar una camioneta a toda velocidad. Y de pronto que alguien se tiraba del rodado. Al parecer aprovechó que habían frenado para doblar. A los segundos pasó otro auto de la Brigada persiguiéndolo, no se dieron cuenta que ahí había quedado uno”, dijo Josefina de Heredia.
Cisneros falleció a los dos días por los golpes que había sufrido al dar su cabeza con una especie de cantero que estaba en la cuadra y el lugar donde eligió para ocultarse. El fiscal Pedro Gallo, que investiga los robos, después de realizar las averiguaciones pertinentes, se ocupó de remitir a las causas a la fiscalía de Homicidios para terminar de confirmar que se muerte había sido accidental. “Hasta el momento no hay ningún indicio de que se trate de un crimen”, explicaron fuentes judiciales que dijeron que estaban muy cerca de dar por cerrado el expediente.
Pero la investigación por los robos aún no está terminada. Por orden de Gallo, los investigadores de Robos y Hurtos siguen buscando pruebas en contra de los detenidos y de otras personas que están sospechadas de integrar el grupo.
“A raíz de la similitud de los hechos y de la investigación realizada en ambos casos, se unificaron las causas para llevar a cabo una sola investigación. Finalmente, este jueves realizamos seis medidas judiciales ordenadas por el Juzgado de Turno en diferentes domicilios”, detalló el comisario Daniel Galván, de la división policial Robos y Hurtos. Como resultado, se logró secuestrar cerca de 200 gramos de cocaína, $ 36.750 en efectivo, una gorra, esposas y otros elementos tácticos de uso policial, una balanza de precisión y un teléfono celular.
Un viejo conocido
Al poco tiempo de haberse producido la aprehensión de los sospechosos, comenzaron a surgir vínculos narcos. El aprehendido Delgado, es conocido como “Coy”, fue arrestado violando el arresto domiciliario que le había concedido la Justicia Federal por una causa de tráfico de droga. Había sido detenido en mayo pasado acusado de integrar una organización que se dedicaba a trasladar droga en grandes cantidades desde la localidad salteña de Orán.
Ese ilícito lo habría cometido cuando esperaba ser enjuiciado por otra conocida causa narco de nuestra provincia: la que se inició en contra de Daniel “Garra” Jalil, sospechado de liderar el clan Los Garra que habría dirigido en una red de narcomenudeo en el sur de la capital.
En marzo pasado, los miembros de esta organización, fueron condenados en un juicio abreviado. Uno de ellos fue el “Coy”, que recibió una pena de cinco años al encontrarlo culpable de proveerle la droga a la banda. Su participación fue a través de una videoconferencia puesto que se encontraba detenido en Orán.